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lunes, 15 de febrero de 2010

Perros felices!!

Estuve leyendo nueva mente unos blogs, cosa que antes cuando tenia tiempo lo hacia, escribía mucho, hoy casi nada. Tengo una cosa pendiente de escribir pero no lo haré ahora porque requiere de tiempo y concentración, pues es tan importante que se merece todo mi tiempo.

Últimamente tengo el interés que encontrar una página o un contacto para informarme de como cuidar perritos. Yo no tengo suficiente tiempo para tener mi perrito propio, prefiero acabar algunas etapas de mi vida para poder adoptar un nuevo miembro en mi familia. Luego explicaré que con esto…

Por ahora he logrado encontrar esta información que me gustaría compartir...


Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, el más fiel, el más honesto... aquel que nunca falla y siempre bate su cola cuando el día en la oficina fue difícil. Esa es la famosa teoría, pero también dicen que toda regla tiene una excepción, y esta historia nos lo demuestra.

Lyda Piaggio es una psicóloga que vive en Los Cóndores, una hermosa zona residencial de Chaclacayo, tiene un hijo muy joven y una amplia sonrisa... ah, un detalle casi anecdótico, tiene más de 100 perros abandonados conviviendo en casa. El Albergue Lyda Piaggio se encarga de cuidary proteger a perros maltratados y carentes de afecto.

Esta maravillosa aventura canina, plagada de colmillos blancos y colitas felices comenzó hace más de 10 años, cuando aún vivía en Lima y sólo tenía un pastor alemán que la comprometió con su causa. Fue casi instintivo en ella, recogía perros de la calle y se interesaba por darles una buena vida; y de ser posible buscarles un hogar cálido y necesitado de afecto perruno.

Con el paso del tiempo Lyda se muda a Chaclacayo y su fama se extiende, de pronto la llamaban y le dejaban las mascotas, a veces enfermas, otras desnutridas, incluso ha tenido casos tan extremos como el de Frida, una pequeña perrita que fue lanzada del Puente Ricardo Palma y arrollada por un auto apenas su cuerpo tocó la pista. Resulta difícil imaginar que un ser humano puede demostrar tanta crueldad con otra criatura. En esas condiciones recogió a Frida, y con amor y paciencia la integró al Albergue.

Cuando a una mamá le preguntan si tiene hijos favoritos, siempre responden que no, que a todos se les quiere igual, sin embargo, conocer a cada hijo implica un proceso de amor y confianza distinto. Para Lyda ha sido lo mismo, cada perro es una historia que conocer. Cada uno tiene un pasado, generalmente, de dolor y temor a los hombres. El proceso de adaptación comienza poniéndoles un nombre, y aunque no lo crean, ella sabe el nombre de cada uno de los más de 100 hijos que tiene. La identidad es el primer paso.

Una vez que están identificados, reciben las vacunas necesarias y la operación de esterilización de rigor. Y es que el objetivo del Albergue es reducir la reproducción indiscriminada e irresponsable de los canes. Para esta titánica y costosa tarea cuenta con el apoyo del veterinario Francisco Cavero, él se encarga de las consultas, las operaciones de hembras y machos, y de las emergencias que se presentan. De esta manera la convivencia de losperros es muy saludable y pacífica, pues ninguno provoca o despierta las pasiones de sus compañeros.

Los ladridos son la música que Lyda a aprendido a disfrutar en estos años, la tarea es complicada, pues mantener en buen estado y con calidad de vida a estos animales es una responsabilidad que ella se toma muy en serio. Haber trabajado 15 años para la Sociedad Protectora de Animales, y ser una defensora incansable de todas las especies del reino animal, ayudan a Lyda a sostener una filosofía de amor digna de admirar, "Cuando Dios dijo dad de comer al hambriento y dad de beber al sediento, no sólo se refería al hombre, también a los animales".

La comunicación que ha desarrollado con los afortunados huéspedes de su hogar no sólo se debe a su preparación en psicología, sino a un proceso de observación muy prolijo. Según nos dijo, cuando empezó a detenerse en cada uno de los perros, empezó a comunicarse, a entenderlos, a escuchar algo más que bulliciosos ladridos, ella podía recoger sus inquietudes y comprender qué necesitaban. Resulta inquietante su vida y experiencia, pero es real. Su pasión por los animales se complementa con una profunda decisión de hacer el bien, sin importar a quien.

Roberta es una anciana perrita que está ciega de un ojo, cuando Lyda la encontró iba a ser tirada por la Costa Verde, ahora está sana y recuperada de aquel triste episodio, y a pesar que el tiempo ha pasado, y ya nadie se interesa en adoptarla, los cuidados que recibe en el Albergue la convierten en una adorable criatura. El respeto por los animales es la única regla que se debe defender en este lugar, tomar conciencia de que merecen vivir en buenas condiciones y en un ambiente adecuado.

Existen necesidades que Lyda afronta cada día, a pesar de contar hace cuatro años con el apoyo de su asistente, Jessica Florez, se requieren donaciones de alimento, casitas y medicinas para los perros. Mantener una obra tan grande no es cosa fácil, el Albergue ofrece las mascotas en adopción, y el objetivo primario es brindarles una vida en hogar. Se hace un riguroso seguimiento a las casas que reciben a los canes, para evitar que sean maltratados otra vez. Según nos comentó Lyda en nuestra ciudad hay muy buenas personas que se hacen cargo de las mascotas con amor y cuidado.

Descubrir en este mundo de intereses personales y modernidad una mujer que dedica su vida a criar y cuidar animales, con el único fin de darles una vida digna, es como recibir un aire fresco y alentador. Todos podemos hacer algo por mejorar este lugar, decenas de colitas batiéndose nos demuestran que se puede hacer felices a los demás cuando se quiere salir de nosotros mismos y dar. Y claro, nadie dijo que el amor al prójimo era exclusividad del hombre... sino recordemos al buen Francisco de Asis.

Si la historia lo conquistó, si imaginarse esas colitas y colmillos felices lo llenaron de cosquillas en el estómago, puede apoyar a Lyda llamando al 348-0029 para donar alimento o para adoptar a alguno de los preciosos perros que habitan el Albergue.

Seguiré buscando, seguro llamaré a este numero a ver si puedo ir a cuidar algunos animalitos, el problema es la distancia, sin embargo se que algo llegará a mi camino para ayudarme a lograr mi promesa.


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